Cuando pienso en un día de spa en casa me resulta inevitable imaginarme con mi mascarilla de barro y mis pepinos en los ojos. Si bien la realidad me golpea y me deja sin pepinos, el barro nunca falta y es, por lejos, uno de mis momentos favoritos del proceso Cenicienta at home! Si bien suena complejo y elaborado, la mascarilla de barro (también puede ser arcilla) es una de las más fáciles de preparar y aplicar. En el envase viene un polvillo que, al mezclarlo con algunas gotas de agua, se convierte en una pasta de textura liviana que se aplica en todo el rostro con un pincel. Con una capa fina alcanza para lograr el mejor efecto y solo queda esperar a que se seque, para luego enjuagar con agua tibia. Si me siguieron hasta acá les propongo seguir para conocer mi experiencia con el Barro Termal de Weleda.
El barro termal de Weleda es uno de los productos que la empresa fabrica con materia prima proveniente de nuestro país. El noroeste argentino es la región de donde se obtienen los componentes minerales que componen el producto. Moscovita, esmectita, cuarzo y magnesio son los ingredientes del barro termal que no es testeado en animales, ni posee conservantes, colorantes o perfumes de síntesis.
El Barro Termal de Weleda es apto para personas veganas y celíacas.
El packaging es un frasco de plástico con doble tapa. El producto viene en una bolsita de plástico. Creo que podría ser diferente, con algún tipo de dosificador para evitar cortar de más el envoltorio o que se escape una cantidad innecesaria. Es mi principal observación, junto con la falta de indicaciones sobre la cantidad o consistencia necesaria para su aplicación. Por suerte, María Ester Siri de Weleda me explicó varias cosas:
– No hace falta usar mucha cantidad para todo el rostro.
– Una capa fina sobre el rostro alcanza para lograr el efecto deseado.
– Para retirarlo hay que utilizar abundante agua tibia. Se puede hacer un suave masaje al retirarlo para completar el proceso de exfoliación. La textura es muy suave.
– Es fundamental aplicar alguna crema hidratante una vez retirado el barro.
Al retirar el barro mi piel se ve y se siente suave, limpia y descansada. Si me ocurrió que alguna zona me quedó levente roja, pero con un poco de agua termal todo se solucionó. Me veo tentada a repetir el proceso seguido, porque realmente la piel queda súper linda. Sin embargo, conociendo mi historial con el abuso de productos para no tener la piel grasa, hago un esfuerzo y me contengo.
Si después de ver mi foto con la mascarilla puesta pueden seguir leyendo, quiero contarles que el Barro Termal es un producto con muy buen rendimiento (cantidad-precio), ya que no se necesita una gran cantidad y no hay que usarlo tan seguido. Lo bueno es que también se puede utilizar en el cuerpo, para tratar alguna zona puntual. Me gustaría saber si alguna de ustedes utiliza mascarillas con regularidad. También me interesa saber si se las hacen en sus casas o con profesionales. El precio $135 (según e-shop de Weleda)
Si nunca probaron, mi consejo es que se animen. No solamente es fácil de aplicar, sino que también es una práctica que reconforta. En lo personal siento que me dedico un tiempo para sentirme mejor y eso me hace bien. Hay muchas actividades que podemos realizar para sentirnos mejor, como hacer ejercicio, salir con amigos, leer, bailar, lo que sea. Hacernos una mascarilla no es la solución a todo, pero si es un paso sencillo y un buen punto de partida.
Nos vemos en el próximo post y también en Facebook, Instagram y Twitter. Gracias!
Uso una mascarilla de Kiehl’s que es de caolín, muy buena! Me gustaría probar esta que mostras 😀